Era un bestiario tu cabeza
y entre las que solían ser tus alas
y ahora me pertenecían más que nunca
la calidez se perdía al igual que la suavidad de su boca adolescente.
Él mintió y a ella pareció no importarle
el sugirió el secreto por siempre
y con una fina llave forjada de sus costillas
sellaron el acuerdo .
Bilis brotando de sus labios
ácido carcomiendo sus entrañas mientras
las palabras no dichas retumbaban entre los pasajes de una ciudad que no le escondería más.
No importa el largo de tu cabello
ni la sinceridad de tus ojos
decían;
las tijeras han cortado los hilos de la historia
y los viejos dedos invisibles de los recuerdos
han tejido tu destino.
Tu vida fue vestida de finos paños de vergüenza.
Y la vitalidad que tenías no será más que espuma en el mar.
No existe un te necesito
que recupere sus brazos
ni un te perdono
que sane las heridas.
Entre sus pestañas
la mentira se revela
su pecho roto
y una pequeña llave hecha de sus costillas
en sus dedos.
El grito que nunca se escuchó
fue el hálito diafragmático en su tormenta
y las palabras que nunca pronunció
fueron los cortes que rasgaron su vestido
Y aquellos ojos grandes y brillantes
que siempre quisieron ser espejo
siempre quisieron ser brillo
hoy opacos ocultan dentro de si mismos
la terrible historia que comenzó con un beso
y terminó bañada en sangre
en sábanas de lino.