-Déjala. No te enamores de ella que para eso es que le pagas, para que te ame y finja que eres alguien importante. Deja de mirarla con cariño, porque no te ama. Ni siquiera te mira con lujuria. Recuerda que para ella eres sólo un trabajo más, un cambio de sábanas, un arreglo de cabello. Nunca te imagines que las palabras que susurra su voz de arpía sean reales y que las caricias de su lengua sean auténticas. Ella es así, una muñeca de porcelana completamente mundana. Y aunque en apariencia puedes poseerla, nadie tocará jamás su alma. Si es que en realidad la tiene. Jamás sabrás que esperar de personas como ella.
-Puedo ver sus ojos.Puedo saber qué piensa.Puedo saber quien es enrealidad.
-¿Y eso importa?
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